La inteligencia consiste en una buena memoria. Es imposible concebir a una persona inteligente sin memoria. Aunque no es la única herramienta sí es fundamental en la inteligencia.
Hay dos noticias, una buena y otra mala. La mala es que aún no se ha inventado ninguna pastilla o tratamiento para tener una memoria perfecta. La buena es que existen técnicas y recientemente la revista científica Science ha comprobado su validez.
Existen muchas técnicas conocidas en general como “mnemotecnia” que nos ayudan a recordar de forma más sencillas distintos datos. Recordemos cómo dividíamos los números grandes en pequeños grupos. Cómo a través de mapas y esquemas aprendíamos distintos conocimientos. O cómo a través de estribillos y cantinelas éramos capaces de recordar las comunidades y sus provincias. Sin olvidar nunca un buen reposo y sueño.
Aunque parezca increíble por su sencillez, los mejores métodos están relacionados con la escritura. En distintas pruebas se vio que los estudiantes más ansiosos cuando “vaciaban” esta presión a una hoja de papel mejoraban su memoria o lo aprendido previamente. Es decir, si uno escribe sus ansias, lo que le preocupa, arrastra el lápiz dejando salir los sentimientos, nuestra memoria mejora porque se libera de esas tensiones, dejando aflorar lo que nos interesa en este caso: los conocimientos.
¿El cerebro es un músculo?
No es exactamente un músculo, tan simple que los tejidos muscular y cerebral son totalmente diferentes, pero hablando en términos prácticos sí son similares. Mientras más se usa y se ejercita más se fortalece y es capaz de cosas más complicadas. Para lograr esta “agilidad mental” existen diferentes técnicas, una de las más importantes es escribir o esquematizar lo que se acaba de aprender a las pocas horas, repetirlo a las 24 – 48 horas y con un refuerzo a los 5-7 días y otro a los 15. No es fácil y sobre todo hablamos de disciplina, pero mientras no inventen la pastilla de la memoria perfecta así tendrá que ser, a menos que haya una mejor técnica. ¿Ustedes conocen alguna?
Los exámenes como técnica mnemotécnica.
Aunque por todos odiadas, las pruebas o exámenes son la mejor manera de retener los conocimientos. Cierto que las odiamos porque ponen a prueba si hemos aprendido y cuánto. Sin embargo, más allá de eso, está científicamente comprobado que quien se somete a pruebas logra retener, a la larga, por más tiempo los conocimientos adquiridos.
No es necesario que nos sometamos a un jurado para que califique lo que hemos asimilado de cierta materia. Nosotros podemos hacer nuestros exámenes personales para aumentar nuestra memoria y mejorarla. Por otra parte, es una técnica muy buena, someternos nosotros mismos a nuestros pequeños exámenes si vamos a presentar un examen. Mucho mejor si lo hacemos con un compañero, cada quien hace un examen para el otro, así no hay tendencia a preguntar sólo lo que uno cree o está seguro que sabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario