Todos sabemos que el calcio es bueno para los huesos y para que crezcan sanos y fuertes sin osteoporosis, y se nos ha dicho que debemos tomar leche todos los días porque que es la mayor fuente de calcio que teníamos.
Pero lo anterior es solo un mito. A pesar del consumo abundante de leche la mayoría de mujeres en Colombia sufren de osteoporosis, y la razón de ello es que el calcio no solo se necesita para los huesos, sino para muchas otras funciones del cuerpo que no tenemos conocimiento.
Algunas de las funciones del cuerpo para las cuales necesitamos calcio, son: para que lata el corazón, los demás músculos se contraigan y se relajen, el sueño se promueva, la coagulación se lleve a cabo, pensemos con inteligencia, relajados, con buena memoria, caminemos sin caernos y con buena coordinación, las células funcionen bien, se nutran y se revitalicen, demos vida a un nuevo ser, las defensas sean excelentes, el cabello esté brillante y sedoso, las grasas se equilibren y el pH de la sangre se vuelva alcalino.
La falta de calcio produce síntomas como insomnio, taquicardia, arritmia, palpitaciones, depresión, presión alta, convulsiones, caída del cabello, calambres, hormigueo, infertilidad, estreñimiento, fibromialgia, dolores articulares, gripas frecuentes, flacidez, mala circulación, trombosis, uñas quebradizas, alergias y muchos achaques más.
Los rayos solares cuando entran en contacto con la piel hacen que la grasa que se encuentra debajo de ella se convierta en vitamina D, principal ingrediente para absorber calcio en el intestino delgado y llevarlo a la sangre para que sea introducido en los huesos.
La vitamina D tiene la capacidad de diluirse en las grasas por lo tanto se encuentra en alimentos con alto contenido de la misma en forma natural, como aguacate, almendras, nueces, aceite de oliva, semilla de ajonjolí, calabaza y girasol, granos, pescado, algas (espirulina), sardinas, salmón, arenque, linaza y soya.
Las proteínas animales contribuyen y producen osteoporosis porque tienen mayor concentración de fósforo que de calcio, por lo tanto el fósforo compite con el calcio e interrumpe su absorción ya que la vitamina D también es necesaria para absorber fósforo.
La sangre normalmente tiene un pH alcalino y, si se vuelve ácida, el cuerpo tiene la necesidad de neutralizar ese ácido, lo que se logra con el calcio que se puede obtener de la alimentación diaria. De no ser así, el cuerpo lo saca obligatoriamente de los huesos para neutralizar el ácido en la sangre para que no haga estragos en la salud.
Todo alimento que promueva la formación de ácido en la sangre hará que el calcio se salga de los huesos. El ejemplo claro son las proteínas animales (res, pollo, cerdo, pescado, chivo), que al ser metabolizadas se convierten en unos subproductos ácidos: urea, ácido úrico y amoniaco.
Factores importantes de la alimentación que contribuyen a la descalcificación de los huesos.
Sal. Cuanta más sal se ingiere, más calcio se elimina con la orina. Por ello es necesario evitar el exceso (menos de 6 gr diarios) y de sodio, muy común en la alimentación occidental.
Grasa total. Una alimentación rica en grasa de cualquier tipo, reduce la absorción de calcio y favorece la osteoporosis porque la grasa se une al calcio en el intestino formando jabones, los cuales no se pueden absorber y son eliminados con las heces.
Azúcar blanca. El azúcar refinado carece prácticamente de calcio y de otros minerales. Su consumo elevado, como suele ocurrir en la alimentación, reduce los depósitos de calcio del organismo que se encuentran en los huesos, favoreciendo la osteoporosis. Además el alcohol, cigarrillo y cafeína contribuyen a la eliminación de calcio por la orina.
El calcio es el mineral más difícil de absorber y requiere de varios factores para ello: hacer una hora diaria de ejercicio, tomar sol una hora al día, consumir vitamina D a manera de grasa natural, consumir vegetales, frutas, semillas de ajonjolí, calabaza, girasol, frutos secos como almendras, nueces, granos y cereales, pescado y sardina.
La fuente de calcio del ser humano es el reino vegetal debido a que la relación calcio-fósforo es ideal y equilibrada, ya que permite una óptima absorción del mineral previniendo así una osteoporosis.
El consumo de proteína animal no puede ser de más de 3 onzas al día, es decir 90 gramos, y debe ir acompañada de una porción de vegetales dos veces más grande que la porción de proteína para tener un equilibrio acido-alcalino en la sangre y evitar la descalcificación.
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